Porque también ocurre que las personas denominan con términos intencionadamente peyorativos lo que no es -en verdad- despreciable.
Al honesto le dicen "quedado".
Al veraz, "ingenuo".
Al autocontrolado, "reprimido".
Y aquí la lista también podría ser interminable.
Francamente, ahora no sé cómo darle una interpretación optimista a este afán de llamar mal al bien.
¿Será una forma de compensación? ¿Si yo no estoy bien, tú tampoco puedes estar bien? ¿Será?
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