viernes, 26 de marzo de 2010

DISTINGUIR TU DERECHA DE TU IZQUIERDA

Hay una manera despectiva de referirse a la ignorancia ajena, diciendo que no distinguen su derecha de su izquierda.
Los niños pequeños saben lo que les cuesta aprenderlo.
 Los adultos no nos damos cuenta de cuánto también nos cuesta a nosotros. Y ya no hablamos de manos sino de situaciones y valores.
Resulta difícil de creer cómo nos confundimos, cómo nos desorientamos y contribuimos a la desorientación ajena y  -a veces-  sin mala voluntad.
Creo que urge mirarnos con algo de humildad (la humildad es la verdad, decía santa Teresa)  y notar en cuántos asuntos andamos descarrilados, creyendo que el amarillo es el verde, que arriba es abajo, que lo malo es bueno.  Necesitamos humildad para no dar por sentado que somos divinos y podemos decidir en lo que sólo Dios puede hacerlo.

sábado, 20 de marzo de 2010

¿QUÉ TE PARECE?

Creo que ésta es una invitación al esfuerzo individual, pero también a la solidaridad.
Hagamos lo uno y permitamos lo otro.

lunes, 15 de marzo de 2010

¿CUÁNDO AYUDAR?

"Ayuda a tus semejantes a levantar su carga pero no a llevarla" Pitágoras
Siempre el tema de ayudar/servir ha sido para mí de suma importancia. (Permíteme usarlos inicialmente como sinónimos).
Y, por ende, conocer cuándo sirvo y ayudo realmente, y cuándo no.
La frase de Pitágoras trajo a mi mente el tema.
Pienso que ayudar puede ser hecho a través de muchas acciones : justas-injustas, mejores-peores, inmediatas-con proyección.
Servir, creo, ya es otro tema. Y Pitágoras andaba por ese camino. Servir no es hacer algo en lugar de otro ni favorecer el egoísmo o la inutilidad ajena.  Servir es ayudar a otro pero a saber, a poder, a superarse, a ser mejor persona. Todo lo que no necesariamente ocurre cuando se da ayuda.
¡Gran diferencia! No deberíamos dejar de tomarla en cuenta.

martes, 9 de marzo de 2010

SOBRE EL MAL

miércoles, 3 de marzo de 2010

¿BASTA LA BUENA VOLUNTAD?

Por supuesto que no basta.
La buena voluntad es lo mínimo que se puede esperar de  un ser humano. Pero no es suficiente ni es justificación para cualquier acción.
Si con toda buena voluntad alguien me origina un mal, la consecuencia es igualmente negativa y no servirá de consuelo a mí ni a mi familia.
La buena voluntad es el terreno, pero sobre él hay que edificar. Edificar con estudios, con esfuerzos, con prudencia.
Cansa y preocupa, por ejemplo, escuchar por radio tanto consejo seguramente de buena voluntad pero de poca o ninguna ciencia.
¡Bien se dice que de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno!