Por ejemplo, se ha establecido menos tareas (para evitar la fatiga), redacciones más simples (para que comprendan mejor), menos evaluaciones (para que no se estresen), más oportunidades para aprobar los cursos (porque hay que ser comprensivos), aumento de actividades recreativas (porque hay que desarrollar más habilidades) , y etc.
No todas las intenciones resultan bien. ¿Cuál es el resultado?
Aunque el objetivo fuera ayudar a los estudiantes, el resultado acaba siendo un perjuicio total.
A menos tareas, más pereza; a redacciones simplistas, pobreza en vocabulario; a menos evaluaciones, menor dedicación y menor aprendizaje; a más oportunidades para aprobar, menos compromiso consigo mismos; a más actividades recreativas, menos disciplina y más dispersión de energía.
Pienso que en educación nos está faltando capacidad para evaluar las consecuencias a largo plazo.
Y esa incapacidad tiene -a su vez- graves consecuencias.
¡Paradojas de la vida : queriendo dar se quita!