Es la política del disimulo, que toma varias caretas.
Una careta es la del "aquí no pasa nada", aunque el terremoto sea atroz. Algo así como, si yo no acepto que algo existe, no existe. Cierto que todos los temas tienen la importancia que uno les da, pero de ahí a creer que lo que es no es porque yo no quiero, hay mucho trecho.Otra careta es la de la amenaza clara o velada de "aquí no se habla de ésto". Como que el silencio tuviera el poder de eliminar los hechos que son callados. Cierto que -a veces- hablando las cosas se agrandan, pero de ahí a pensar que si no lo menciono no existe, hay mucho trecho.
Definitivamente, el sol no se logra tapar con un dedo, el sistema solar (pequeñito y todo como es en el universo) seguirá existiendo aunque uno extienda todos los dedos de las dos manos. ¿O no?
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