La injusticia es como el súmmum del pecado. Porque es no ser ni siquiera capaz de dar a cada quien lo que le corresponde, es no ser ni siquiera capaz de reconocer -en última instancia- la verdad.
Es peor que la maldad porque es maldad disfrazada.
Los seres humanos, cuando nos conviene, nos sujetamos ardorosamente a lo "legal". Y todos sabemos que lo legal no necesariamente es ni correcto ni bueno.
En fin, cada persona llega hasta donde su fuerza moral le permite avanzar.
El asunto es no conformarnos con ser pigmeos morales.
2 comentarios:
Martha, que cierto es este comentario tuyo. Y lo vemos cada dia, cada rato.
Patricia
Así es Patricia.
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