Lo esencial es que el mediocre lo es por su voluntad, porque no quiere superarse, no aspira a ser mejor, parece complacerse en permanecer en su estado. La mediocridad es una decisión personal.
Y eso ocurre porque el mediocre sólo mira para odiar, envidiar y desmerecer los valores ajenos. Si se mirara más y mejor a sí mismo, dejaría de ser mediocre.
En estos días de cambio de autoridades nacionales, la mediocridad ha lucido. Se ha ninguneado y desmerecido a diestra y siniestra.
¿Será crítica? No, puede y debe criticarse, pero desmerecer no es igual a criticar.
La crítica analiza y valora : mucho, poco , nada, según corresponda.
El mediocre cree que critica, pero no sabe criticar, sólo sabe desmerecer.
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