Cuando uno sabe de padres que maltratan a sus hijos, de hijos que matan a sus padres, de parejas infieles, de delincuentes que toman la vida ajena, de banqueros que roban a sus clientes, de profesionales que engañan, de corruptos tratando de podrir a los demás, de políticos inmorales, de tanta gente dañando para medrar algo, ... uno se pregunta si existirá el amor o hasta qué es el amor.
Siempre he creído que la mejor definición de amor es la que dice que el amor es la búsqueda del bien del otro.
Y si ello es el amor, por supuesto que los mencionados arriba, y muchos otros, no saben lo que es y ni siquiera les importa saberlo. Es gente que -hasta cuando dice amar- lo único que hace es ejercitar su enorme egoísmo (egoísmo que todos tenemos, por cierto)
Y si ello es el amor, por supuesto que los mencionados arriba, y muchos otros, no saben lo que es y ni siquiera les importa saberlo. Es gente que -hasta cuando dice amar- lo único que hace es ejercitar su enorme egoísmo (egoísmo que todos tenemos, por cierto)
Pero cuando se sabe de tanta gente cuidando, enseñando, promoviendo, compartiendo, orando, empatizando, ayudando a tantos otros con los que, quizá, ni están unidos por lazos u obligaciones directas, uno sabe con certeza que ¡Sí existe el amor en el mundo!!
No hacen noticia como los perversos, los medios no los ven ni los aprecian, practican su amor calladamente, pero si no fuera por ellos, el mundo habría dejado de girar hace mucho tiempo.
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