"Para cantar se necesitaba una voz hermosa, buena dicción y -si era posible- una agradable presencia. Hoy canta cualquier gato sin pulmones, gente a la que no lo entiendes más que una que otra palabra ¡en tu propio idioma! y con una facha que, si no causa rechazo, causa lástima. No todo cambio es mejora".
Martha Sialer
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