" ¿Es posible vivir, nos preguntamos, sin juzgar nunca? ¿No es la capacidad de juzgar parte de nuestra estructura mental y no es un don de Dios? En la versión de Lucas, al mandato de Jesús: "no juzguéis y no seréis juzgados" le sigue inmediatamente, como para aclarar el sentido de estas palabras, el mandato: "no condenéis y no seréis condenados" (Lc 6, 37). Por lo tanto, no se trata de eliminar el juicio de nuestro corazón, ¡sino de eliminar el veneno de nuestro juicio! Eso es el odio, la condena, el ostracismo".
P. Raniero Cantalamessa, 3 de marzo, 2023
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