"Los revolucionarios reivindicaron la libertad y la objeción de conciencia solo hasta que alcanzaron el poder.
Para creer en la libertad y el derecho a la objeción de conciencia hay que creer en la dignidad del hombre; y para creer en la dignidad del hombre hay que creer en Dios"
Mons. José Ignacio Munilla.
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