Lo "práctico" siempre fue algo loable.
Era lo que se podía ejecutar con facilidad, era lo que superaba lo teórico, era lo útil y ajustado a la realidad.
Era tener destreza, adquirida con la constancia.
Era lo que tenía la condición de ser aplicable a la vida.
Hoy, para muchos si no todos, lo "práctico" es lo que conviene a la falta de ética.
Ser una persona práctica ha pasado a ser algo así como ser un amoral o un inmoral. Alguien que actúa sin pensar en el bien o que actúa contra la moral y las buenas costumbres.
¡No hay derecho!
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