miércoles, 9 de mayo de 2012

SOLUCIONES MÁGICAS.

Cuando busco ayuda espero un trabajo serio, hecho para ayudarme en mi necesidad.
Sé que ese trabajo puede exigir algo de mí,  poner de mi tiempo,  poner de mi esfuerzo,  pagar por el servicio,  seguir indicaciones,  reajustar mi modo de comportarme.
También es cierto que quiero que el servicio sea bien hecho y que no tome una eternidad para concretarse.
Pero no espero soluciones mágicas.
Mágicas porque no necesiten de mi participación,  ni de mi voluntad,  porque ocurran milagrosamente,  porque no me exijan aprender algo ni corregir nada.
Sin embargo, es fácil observar una tendencia a esperar ser ayudados pero sin tener que hacer el mínimo esfuerzo,  mágicamente.
Y eso es pensar fantasiosamente y hacerse propensos a ser engañados con ofrecimientos sin ninguna base de trabajo serio.
Esto último es lo peor y lo más lamentable. Lo pueden confirmar -especialmente- los médicos serios y los terapeutas serios de toda área.

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