Sentir, sentirás. A veces tristeza, a veces ira y toda la gama de emociones/sentimientos que caben en el repertorio humano. El sentir es espontáneo.
Pero pensar, ya es otro tema. Sobre lo que pienso soy más capaz de ejercer autoridad.
Leemos en cualquier lugar que el pensamiento es poderoso. Lo vemos tanto que ya lo creemos pero sin pensar sobre ello.
Y es poderoso porque sobre lo que pienso es que actúo. Y si no me hago responsable de mis pensamientos, analítico de ellos, si no los evalúo, puedo acabar haciendo -precisamente- lo más perjudicial, malo especialmente para mí misma.
La emoción jala al pensamiento, pero es el pensamiento el que jala la acción.
¡Hay que cuidarlo! No nos llenemos de pensamientos tristes, de mal, resentidos, indignos,... porque así actuaremos.
4 comentarios:
Estoy de acuerdo, debemos controlar o entrenar el propio pensamiento, pero qué pasa cuando la hipocresía hace su escenario?
fíjate en este post:
http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2010/06/28/ipoliticamente-correcta-con-pedro-zabala?blog=410&c=1&page=1&more=1&title=ipoliticamente-correcta-con-pedro-zabala&tb=1&pb=1&disp=single
Y el pensamiento no siempre guía la acción, fíjate cuantas veces me dije y me recité: no lo vuelvo a hacer... pero...
fuerte abrazos
Gracias por tu compartir.
Creo que lo que comentas al final es lo que nos sucede cuando la emoción es fuerte, tanto que no deja paso a la verdadera reflexión, o al recuerdo de lo planificado.
Actuamos así, diciendo luego ¡pero si yo ya dije que no iba a hacer ésto!, precisamente cuando por la sorpresa o el impacto emocional no nos damos tiempo a "mediar" con el pensamiento entre la emoción y la acción.
Un abrazo.
Tienes razòn Martha
Ahora te doy tarea para que nos des unas descripciones o mètodos para 'mediar' entre mente, emociones, acción...
Y bueno, que no sea el volverme monja o algo como una yogui, lo digo no despreciativamente sino por el contrario...
abrazos
MARCRISPA
Trataré, trataré.
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