jueves, 18 de febrero de 2010

MENTIR o EL PELIGRO DE MENTIR

Particularmente, me repugna la mentira, como forma solapada de violencia. Doblemente repulsiva, por violencia y por tortuosa.
Creo que es de gente bien nacida evitar la mentira.
No quiero hoy referirme a los peligros sociales de la mentira, como los perjuicios y sufrimientos que ocasiona.
Quiero hacer notar uno de sus mayores peligros : el habituarse a mentir.
Me resulta triste (y también despreciable) ver personas acostumbradas a mentir, creyendo que mentir es una habilidad, juzgando que mentir es su derecho, haciendo de la mentira su modo de vivir.
¿Y sabes qué me resulta lo más triste y despreciable de todo ésto? El que haya quienes están dispuestos a verlo y aceptarlo.

4 comentarios:

MARCRISPA dijo...

La mentira está considerada como un pecado venial. Y es casi considerada como una necesidad por los no creyentes.
Lo cierto y claro es que empieza desde pequeño y se vuelve un vicio, una conducta viciosa de la cual es cada vez más difícil escapar. Esto, hablando de gente común y corriente.
Y no se debe olvidar que hay mentiras que vienen disfrazadas de ignorancia o de sabiduría. Otras se disfrazan de omisión, etc.

Saludos cordiales

Anónimo dijo...

La mentira
es
una
novela
hahah

Anónimo dijo...

para decir mentiras hay que tener una gran memoria.

Martha Sialer Chaparro dijo...

No sólo memoria; en unos casos, tener cobardía y en los demás, tener villanía.