miércoles, 13 de enero de 2010

EL PROBLEMA DE LAS INCONGRUENCIAS

Las acciones no  coherentes con lo que se predica, además de ser desagradables son perturbadoras, yo diría que hasta desquiciantes porque resultan en una mezcla de mentira y desequilibrio.
A los hijos se les grita para que no griten.
Se les pega para que no peguen.
Se les amenaza para que sean amables.
Les pedimos que sean estudiosos y reforzamos actividades que les quitan el tiempo para estudiar (sean actividades del tipo que sean, pero que los absorben).
Les recomendamos vivir con orden y paz pero cada actividad escolar o casera está plena de ruidos y movimientos desordenados y excesivos.
Queremos que se proyecten como profesionales al servicio de la sociedad, pero sólo vivimos para admirar a vedettes, futbolistas, artistas.
Esperamos que sean gente con la fortaleza que da la fe pero deben crecer viviendo con padres descreídos y no practicantes.

¡ Y nos sorprendemos de la nueva generación !

1 comentario:

Anónimo dijo...

Triste pero real.
Matías.